Calendario-Directorio Litúrgico (2025)
17,00 € – 23,00 €
Sinopsis:
Entre los objetivos discutidos y aprobados por los padres conciliares en las primeras sesiones del Concilio Vaticano II aparece con nitidez el deseo de revisar el año litúrgico:
“Revísese al año litúrgico de manera que, conservadas o restablecidas las costumbres e instituciones tradicionales de los tiempos sagrados de acuerdo con las circunstancias de nuestra época, se mantenga su índole primitiva para que alimente debidamente la piedad de los fieles en la celebración de los misterios de la redención cristiana, muy especialmente del misterio pascual” (Constitución Sacrosanctum concilium, n. 107).
Como se percibe en estas palabras, se buscaba, por un lado, acomodar el año litúrgico para que fuese comprendido por la mentalidad actual y en las circunstancias de este determinado momento histórico; y, por otro lado, que esté centrado en la celebración de los misterios de la redención cristiana, no en aspectos secundarios, precisamente para que alimente debidamente la vida espiritual de los fieles cristianos.
En este sentido, los padres conciliares eran conscientes que el seguimiento del año litúrgico propuesto por la Iglesia es una gran pedagogía para celebrar y vivir el misterio central de nuestra fe, que es el misterio pascual de Jesucristo. Precisamente este es el nombre de una carta apostólica dada en forma motu proprio por el Papa san Pablo VI, publicada a los cinco años de la promulgación de la Constitución Sacrosanctum concilium (4 de diciembre de 1963), que lleva por título Mysterii paschalis (14 de febrero de 1969) por la que se aprueban las “Normas universales sobre el año litúrgico y el nuevo Calendario Romano general”.
Consideraciones
Este breve documento, estructurado en dos capítulos, expone los criterios seguidos para la ordenación del año litúrgico, requerida por la constitución sobre la sagrada liturgia. El capítulo I trata sobre el “El año litúrgico” y el capítulo II sobre “El calendario”. Además, se incluye una Tabla de los días litúrgicos según el orden de precedencia de las diversas celebraciones del año, que es un útil instrumento para regular la praxis litúrgica de los fieles.
Todo este material se encuentra incluido en la actual edición del Misal Romano aprobado para España (pp. 93-197). He considerado oportuno recordar estos documentos en la presentación de este volumen, porque necesitamos releer constantemente su contenido, para no olvidar los principios que sostienen la vivencia cristiana del año litúrgico.
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